En términos sencillos, DORA representa un cambio importante en la manera en que las entidades financieras y los proveedores de TIC deben ver y gestionar la resiliencia operativa digital. La normativa va más allá de los requisitos básicos de ciberseguridad, asegurando que las organizaciones estén realmente preparadas para anticipar, resistir y recuperarse de interrupciones relacionadas con las TIC.
Para cumplir con DORA, las organizaciones deben colaborar entre funciones, invertir de manera proactiva en tecnología y mantener una supervisión continua de sus ecosistemas digitales.

